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La fiscal Teresa Peramato visibiliza las dificultades a las que se enfrentan las víctimas de la violencia machista

La conferencia "La respuesta jurídica a la violencia de género y su evolución" se enmarcó en la acción desarrollada por la Diputación de Pontevedra al amparo de la Escuela de Igualdad María Vinyals


15 junio 2017
Presentación de Teresa Peramato

La jornada Miradas Interdisciplinares sobre la Violencia de Género organizada por la Escuela de Igualdad María Vinyals de la Diputación de Pontevedra finalizó el turno de mañana con una conferencia a cargo de Teresa Peramato, fiscal adscrita a la Fiscalía de la Sala de Violencia sobre la Mujer en la Fiscalía General del Estado. Bajo el título de "La respuesta jurídica a la violencia de género y su evolución. Antiguos y nuevos retos", la experta en violencia de género analizó los 12 años de vigencia de la Ley Integral contra la Violencia de Género, su aplicación en el contexto europeo, los déficits y necesidades (legislativas y de otra índole) que se precisan para conseguir sus objetivos y también el grado de implicación de la sociedad en el rechazo y la denuncia de los casos de violencia machista, entre otros aspectos.

Teresa Peramato señaló que "si decimos que avanzamos mucho nos podemos perder y no decir aquello en lo que fallamos, más nuestras carencias, que son muchas". Por eso, "aunque hay que reconocer que se avanzó, tenemos que poner sobre la mesa nuestros fallos, lo que tenemos que poner de nuestra parte para resolver esta situación y, si es por falta de medios, reclamarlos sin complejos a la hora de decir que no sabemos hacerlo y precisamente ayuda de profesionales que nos asesoren". Como primer reto pendiente, Peramato señaló "la ampliación del concepto de violencia de género para incluir como víctimas a todas las mujeres que sufren violencia y modificar el artículo que permite darle la competencia especializada a los juzgados sobre la violencia sobre la mujer".

La fiscal aseguró que "hay que reconocerle a la Ley que aportó un grano de arena en la lucha contra la violencia de género, de la que no se sabía nada, porque inició un camino en esa lucha desde una perspectiva multidisciplinar y especializada más allá de la respuesta del derecho penal" que, dijo Teresa Peramato, "no es la respuesta, que tiene que venir desde la educación para poder disminuir poco a poco esta lacra". Teresa Peramato también destacó que "esta ley sacó a la luz un fenómeno reservado al ámbito personal y elevó los niveles de concienciación a unos que nunca soñamos, pero esto no quiere decir que conseguimos la implicación de la sociedad que buscamos".

Peramato también habló de las dificultades a las que se enfrentan las mujeres víctimas de las violencias machistas por mor de las fórmulas empleadas por los legisladores a la hora de redactar las leyes. De este modo, señaló, "aunque a nadie se le pasa por alto que cuando hablamos de divulgación de imágenes sexuales sin consentimiento de las mujeres, el legislador empleó una fórmula neutra que no se refiere a la mujer como víctima" y, como ese, otros supuestos "excepto los que fueron objeto de modificación en la ley de 2004". De este modo, las mujeres "tenemos que probar que la motivación de la discriminación ocurre antes de cometer el delito y que es lo que guía al hombre a cometerlo, y es muy difícil acreditar que un hombre mató a una mujer porque la mantenía en una relación de subordinación o como consecuencia de una distribución desigual de poder, especialmente cuando no había denuncias previas".

Estos hechos contrastan con los datos cuando, como señaló Teresa Peramato, "el 92 % de las víctimas de violencia intrafamiliar son mujeres, al igual que el 90 % en el ámbito de la pareja o en la ex pareja, y el 84 % en el caso de los delitos contra la libertad sexual y la integridad sexual de menores, cuando menos en las denuncias registradas. Además, en este último caso, el 48 % eran menores de edad y niñas en la mayor parte". Por eso, Peramato señaló que "tenemos herramientas, pero hace falta que desde el primer momento, partiendo de que la víctima es mujer, la orientación de la investigación sea con una perspectiva de género para poder hacer una recopilación de los indicios que puedan facilitar argumentar que la discriminación por ser mujeres está aconteciendo".

En el ámbito de la pareja, la Ley de 2004 "consiguió que la violencia de género había llegado a las calles y a los juzgados", señaló Peramato. Mientras que en 2005 se registraron 63.000 denuncias de violencia doméstica y de género (que aún no estaban separadas), en cuatro años se dobló la cifra hasta las 136.000 en 2009. "Descendió por mor de la crisis económica y ahora ya se registra un número de denuncias más alto", matizó la experta. Aun así, "lo cierto es que hay una violencia oculta enorme y tenemos que formularnos si toda la violencia en el ámbito de la pareja llega a los juzgados y, en caso de que no sea así, por que no llega", señaló. De hecho, "solamente un 23 % de la violencia de género en el ámbito de la pareja llega a los juzgados en 2012, en 2015 aumentó un poco hasta el 28 % mientras que el 65 % permanece oculta. Eso tiene que producir una alarma muy grande, porque no quiere decir que las mujeres no lo cuenten".

Teresa Peramato arrojó datos muy significativos en los casos de denuncias o la falta de ellas. De este modo, puso en relevancia que de las 142.000 denuncias que se registraron en 2016 únicamente el 1 % fueron puestas por familiares y el 12 % por las y por los profesionales sociosanitarios, el 10 % a través del parte médico. "Eso quiere decir que sabemos que esas mujeres están siendo objeto de violencia machista, pero callamos y no denunciamos", señaló la experta. Además, afirmó que "no se trata de coger el teléfono rápidamente sino primero ayudar a las mujeres y darles todos los apoyos, y esa es precisamente una de nuestras reivindicaciones en el Pacto de Estado: esas mujeres deben tener asistencia de todo tipo antes de la denuncia, a pesar de ella, durante el procedimiento penitenciario y también después de él porque, aunque estén ejecutadas todas las penas, aun se dan asesinatos de mujeres por los delitos anteriormente denunciados".

La experta también denunció la situación de vulnerabilidad extrema que viven estas mujeres a pesar de que "el 81 % se lo contó a alguien". En el contexto de la violencia machista "se crea una situación de aislamiento hasta el punto de que casi el 27 % de las víctimas se lo contaron a familiares o personas del entorno del agresor, porque se encontraban en una situación extrema al tener perdida a todas las personas de su círculo íntimo a las que podrían haber acudido". La mayoría de las personas aconsejan que se rompa la relación pero "el 18 % le restan importancia, actuando con indiferencia, e incluso un 11,5 % recriminaron a las propias víctimas su actitud".