Título: La última cena

La última cena, ideada por Leonardo da Vinci a finales del siglo XV para la capilla de Santa Maria delle Grazie, en Milán, sirve como referente para esta performance. Verónica Ruth Frías coge prestada la escenografía del famoso fresco pero sustituye las figuras masculinas por femeninas: ahora sólo hay "apóstolas", mujeres de las diferentes manifestaciones artísticas y culturales de la ciudad, algunas de ellas también madres, lo que supone otro punto de inflexión en una iconografía que experimentó pocas variaciones sobre la canónica.

La performance comienza con una escena estática que imita las poses de la obra de Leonardo y en la que todas las intérpretes permanecen inmóviles, impasibles y expectantes. Esta calma reflexiva da paso, en un momento dado, al movimiento y al desorden provocado por la entrada de las hijas de aquellas participantes que son madres, rompiendo el silencio y la paz que reinaba hasta ese momento.

Verónica Ruth Frías (Córdoba, 1978)

Utiliza el disfraz, el maquillaje y hasta el camuflaje para adquirir otras identidades. A través de estas herramientas la hemos podido ver caracterizada de múltiples personajes.

Frías nos cuenta a través de sus piezas aquello que le preocupa e indigna, haciéndonos cuestionar los roles de la mujer en la sociedad actual, reafirmando la posición de ésta en un mundo de hombres y, en su caso y más concretamente, en el mundo del arte.

Trabaja principalmente con la performance y utiliza el vídeo y la fotografía para dejar constancia de las acciones efímeras. Desde hace algo más de 4 años se vale de herramientas como Facebook para proponer obras colectivas, en las que pide la participación abierta y libre.

De sus obras siempre se desprende un toque de humor gamberro que las caracteriza. Trabajadora incansable, dice que aunque le falten los dientes seguirá dando guerra.

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