La presencia y la plantación de la conífera están ligadas a Juan Baliño Rivas (1867-1962), conocido escultor nacido en la casa familiar. Dejó una importante producción artística de la que forman parte los trabajos escultóricos en el pazo de Lourizán, bajo encargo de Eugenio Montero Ríos. De allí se llevó en agradecimiento el plantón de abeto blanco, entre finales del siglo XIX y principios del XX. A pesar de ser un árbol conocido en el ámbito municipal estradense, la inclusión en el Catálogo gallego de árboles singulares la llevó a la fama, encontrando en tal condición el seguro de vida que solucionó la problemática situación que afectaba su existencia vital; el empeño puesto por los propietarios para su defensa y conservación es remarcable.

Seguramente, el ejemplar catalogado no es el de mayor edad de Galicia, pero atesora unos valores históricos que magnifican su importancia.

La finca Miradoiro (1.500 m2) es una propiedad privada murada con un interesante patrimonio arquitectónico: la casona, que se remonta al siglo XVII, el hórreo, el palomar, la cabaña, la pérgola, el pozo y el jardín paisajista presidido por el monumento verde, en lo alto de la posesión, pegado a la cabaña porticada y al muro de más de 2 m de altura que rodea la parcela y que linda con un camino de paso y una casa vecina.

El fuste está rodeado por una acera que llega a 20 cm de su base.