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La Diputación de Pontevedra y Arlea Hotels SL firman el convenio para la entrega de las pousadas de A Lanzada y A Armenteira

En sólo siete meses el nuevo gobierno provincial finaliza con el auténtico desastre del llamado "proyecto estrella" de Rafael Louzán


12 feb 2016

La presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, firmó este viernes el convenio con Arlea Hotels SL para la entrega de las pousadas de A Armenteira y A Lanzada para su explotación por la empresa adjudicataria. De esta forma el nuevo gobierno de la Diputación finaliza en siete meses con el auténtico desastre de la gestión del que fue el proyecto estrella del expresidente Rafael Louzán, incapaz de llevarlo adelante desde 2009 a pesar de las reiteradas promesas para su apertura, primero en Semana Santa de 2015 y después en verano, sin que se produjera en ninguna de las dos fechas.

El nuevo gobierno provincial tomó posesión el 24 de julio de 2015 y desde ese momento tuvo que adoptar una serie de decisiones de urgencia ante el total abandono que sufría el proyecto. Hay que recordar que los edificios de las cuatro pousadas de O Salnés (A Armenteira, A Lanzada, Ribadumia y Meaño) estaban finalizados desde 2012, hace cuatro años. Aun así, las pousadas no se habían entregado a la empresa concesionaria, que no firmó jamás un programa de explotación de éstas ni las actas de inicio de puesta en funcionamiento. De hecho, la propia empresa adjudicataria puso de manifiesto que los inmuebles no podían ser recibidos debido a sus múltiples deficiencias. Su recurso de 10 de agosto confirmaba que los inmuebles no estaban en condiciones para la entrega.

Cuando el nuevo gobierno de Carmela Silva llega a la Diputación se encuentra con que las cuatro pousadas no tenían licencia ni de primera ocupación ni de actividad. Ninguna de ellas tenía además seguro para las instalaciones. Las cuatro carecían también de vigilancia y de seguridad y habían agotado el presupuesto para el suministro eléctrico. En el caso de la pousada de Meaño ni siquiera había dado de alta el consumo eléctrico y precisaba de un transformador. De hecho, del crédito disponible en el proyecto Pousadas quedaban sólo 861 euros y se tuvo que pedir un préstamo para abonar las facturas eléctricas porque el suministro corría peligro.

Ante semejante situación de abandono el nuevo gobierno provincial creó un grupo de trabajo con la empresa concesionaria para hacer un diagnóstico real de la situación con el fin de ir solucionando las deficiencias.

En sólo dos meses se contrató el seguro para las instalaciones por importe de 11.000 euros, se pagaron las facturas eléctricas de más de 6.000 euros, se dotó la pousada de Meaño de un transformador eléctrico, se contrató la vigilancia de los cuatro edificios por 30.000 euros y se agilizó la concesión de las licencias de ocupación y turísticas. A Armenteira tiene licencia, en Ribadumia se pagaron las tasas (31.000 euros) y en A Lanzada se completó la documentación solicitada por el Ayuntamiento para finalizar su tramitación.

Es decir, en poco más de dos meses se hizo más trabajo que en los seis años anteriores de Louzán para intentar solucionar un problema creado, aparcado, mal gestionado y ruinoso. Tan ruinoso que sobre un presupuesto inicial de 9 millones de euros, de los que más de seis millones y medio vinieron de fondos europeos, cuando llega el nuevo gobierno, en julio de 2015, la Diputación de Pontevedra llevaba gastados más de 20 millones: 20.118.279 euros. El presupuesto inicial casi se triplica y la aportación de la Diputación se multiplicó por cinco, aun más en el momento actual por los pagos pendientes que se tuvieron que hacer.

Las posibles irregularidades en la gestión del proyecto ya fueron objeto de preguntas parlamentarias en Europa en el año 2013 y de denuncia en la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude en 2014.

Este viernes se firmó el convenio con la adjudicataria del acta de inicio de explotación en dos pousadas: A Lanzada y A Armenteira, una vez preparada toda la documentación, hechas las reparaciones y con las licencias en regla. En sólo siete meses se dan las condiciones para la explotación de dos de cuatro pousadas después de un expediente que nació en 2009 y que se convirtió en un saco sin fondo de dinero público.

En cuanto a la pousada de Ribadumia tiene graves problemas para solucionar su legalidad, y en la pousada de Meaño están en resolución las deficiencias de calado que tenía la construcción y se espera su finalización en un breve plazo.